Carbonarios (carbonari en lengua italiana, traducible en lengua castellana como "carboneros") eran los miembros de una sociedad se...

Carbonarios (carbonari en lengua italiana, traducible en lengua castellana como "carboneros") eran los miembros de una sociedad secreta denominada Carboneria (traducible como "carbonería" en lengua castellana), fundada en Nápoles durante los primeros años del siglo XIX en el contexto de la ocupación napoleónica de Italia (1805-1814) sobre valores nacionalistas y liberales. Su modelo organizativo y sus procedimientos conspirativos e insurreccionales la convirtieron en un modelo que se extendió mediante simpatizantes e imitadores por toda Italia, e incluso fuera de ella, especialmente en los países de Europa suroccidental y a partir de núcleos de italianos emigrados o exiliados (organizaciones similares se denominaron carbonarios en España, Carbonária en Portugal, o Charbonnerie en Francia3 ); todo ello en el contexto histórico de los movimientos revolucionarios liberales de la primera mitad del siglo (revolución de 1820, revolución de 1830, revolución de 1848). En la segunda mitad del siglo estos movimientos terminaron produciendo la unificación italiana (el Risorgimento), que culminó en 1870.

Su denominación se derivaba de la imitación del simbolismo y el ritual del oficio de los carbonari, es decir, el gremio de los que preparaban el carbón y lo vendían; de un modo equivalente a como la masonería se identificaba con los gremios de la construcción.



Como en toda sociedad secreta, quien se inscribía en la Carboneria no podía conocer todas las finalidades de la organización en el momento de su adhesión: los iniciados eran de hecho llamados inicialmente apprendisti ("aprendices") y sólo con el tiempo se convertían en maestri ("maestros"). Se exigían juramentos de fidelidad y secreto, cuya contravención se castigaba con la muerte.
La organización, de tipo jerárquico, era muy estricta: los núcleos locales, llamados "baracche ("barracas" o "barracones"), se reunían en aglomeraciones más grandes, llamadas vendite ("ventas"), que a su vez dependían de las vendite madri ("ventas madre") y de las alte vendite ("altas ventas"). De lo demás se conoce poco con certeza, y el hecho que las fuentes historiográficas no proporcionen informaciones seguras es consecuencia, obviamente, de lo poco fiables que puede ser la documentación de actividades que sus propios miembros se esforzaban en mantener secreta, y que si eran descubierta por la policía, podía tener como consecuencia la cárcel o incluso el patíbulo.

Con el nombre de Alta Vendita se publicaron en 1859, a iniciativa del papa Pío IX, unas presuntas instrucciones de la cúpula carbonaria para infiltrarse en la jerarquía vaticana.

Los adeptos de la Carboneria aspiraban sobre todo a la libertad política y a un gobierno constitucional. Pertenecientes en gran parte a la burguesía y a las clases sociales más elevadas, se habían dividido en dos sectores o logias: la civil, destinada a la protesta pacífica o a la propaganda, y la militar, destinada a las acciones armadas.

Muchas personalidades de la Italia del Risorgimento se adhirieron al movimiento, de manera explícita o implícita; como Silvio Pellico, Antonio Panizzi, Giuseppe Mazzini, Ciro Menotti, Piero Maroncelli, Carlo Bianco di San Jorioz o Federico Confalonieri.